El envasado aséptico consiste en un procedimiento en el cual un artículo esterilizado destinado a la alimentación se introduce en un recipiente igualmente esterilizado y posteriormente se cierra en un entorno estéril.

Estos entornos deben cumplir con rigurosas condiciones para garantizar su ausencia de microorganismos y bacterias, lo cual se lleva a cabo mediante maquinaria especializada que asegura la adecuación del entorno.

Para el envasado, suele ser común el empleo de peróxido de hidrógeno que se dispersa a través de una corriente de aire caliente, proporcionando así esa atmósfera óptima, libre de bacterias.

El recipiente utilizado es un aspecto crucial, ya que este envasado aséptico debe ser capaz de sellarse de manera hermética. De lo contrario, podría permitir la entrada de oxígeno y, por ende, invalidar la esterilización lograda, afectando la calidad del alimento.

El material de envasado generalmente consta de poliéster metalizado al vacío o alcohol vinílico etílico, mientras que las bolsas donde se vierte el producto son típicamente de polietileno.

Este procedimiento permite que los alimentos se conserven por períodos prolongados sin necesidad de refrigeración, ofreciendo una serie de beneficios que analizaremos a continuación.

Entre sus beneficios se encuentran:

1.Ampliación de la duración. Los productos envasados asépticamente tienen la capacidad de mantenerse en buen estado durante meses e incluso años, preservando su frescura y calidad sin requerir refrigeración.

2.Mejora en la conservación de los nutrientes. Al evitar prolongadas exposiciones a altas temperaturas, se logra una preservación más efectiva de las propiedades nutricionales y organolépticas de los productos.

3.Mayor naturalidad de los productos. Dado que este proceso inhibe el desarrollo de bacterias y microorganismos, se reduce la necesidad de utilizar aditivos químicos, resultando en productos con un perfil nutricional más natural.

4.Reducción de emisiones. Gracias al uso de materiales ligeros y reciclables, se facilita un almacenamiento y transporte eficientes de los alimentos, lo que contribuye a la disminución de los costes de transporte y del impacto ambiental. Además, se reducen los gastos asociados al almacenaje.

5.Minimización del desperdicio alimentario. Este método también disminuye la probabilidad de deterioro y contaminación, contribuyendo a la reducción del desperdicio alimentario.