Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un indicador es «un parámetro, o el valor resultante de un conjunto de parámetros, que ofrece información sobre un fenómeno, y que posee un significado más amplio que el estrictamente asociado a la configuración del parámetro». Aplicado al estudio del medio ambiente, los indicadores ambientales intentan describir y mostrar los estados, la evolución y las dinámicas de los principales componentes ambientales, tales como la cantidad y calidad de agua, la calidad del aire, el estado de conservación de la biodiversidad, la disponibilidad de recursos naturales, el grado de contaminación de las ciudades, la frecuencia e intensidad de los eventos climáticos extremos, la generación de residuos o la gestión ambiental.

Estos indicadores permiten visualizar la situación ambiental de un país o región y vincular esa valiosa información con diversas variables sociales, económicas o institucionales. Facilitan un análisis fundamentado en datos y respaldado por metodología científica del estado del medio ambiente, abordando diversos aspectos relevantes del mismo.

Los indicadores ambientales son esenciales en la evaluación del rendimiento ambiental por varias razones:

  • Miden y supervisan: Los indicadores ambientales facilitan mediciones tanto cuantitativas como cualitativas que permiten observar la evolución de un factor ambiental a lo largo del tiempo. De esta manera, se vuelve más simple entender tendencias, identificar posibles problemas emergentes y medir los avances realizados en un momento dado y compararlos con otros períodos.
  • Son eficaces herramientas de comunicación: Permiten transmitir de manera sencilla, comprensible y, en muchos casos, gráfica, problemas ambientales complejos a una variedad de audiencias.
  • Evalúan los impactos: Los indicadores ambientales ayudan a cuantificar el impacto de las acciones humanas sobre el medio ambiente, lo que resulta esencial para priorizar acciones destinadas a prevenirlos o mitigarlos.
  • Facilitan la toma de decisiones: Ofrecen datos y argumentos objetivos que respaldan o refutan una propuesta, medida o política ambiental, además de facilitar la identificación de problemas.
  • Realizan seguimiento: De las políticas en curso, evaluando su eficacia y resultados. Esto es crucial para realizar ajustes, fortalecer o rediseñar estrategias.

Se puede afirmar que existen tantos tipos de indicadores ambientales como problemas asociados a la crisis climática. Una clasificación común se establece según la naturaleza de los datos disponibles, dividiendo los indicadores en tres tipos:

Tipo I: Estos datos están permanentemente disponibles gracias a una monitorización continua. Por ejemplo, los datos recopilados en estaciones meteorológicas.

Tipo II: Involucran cálculos a partir de datos obtenidos de la monitorización permanente, que requieren el respaldo de datos adicionales para completar la evaluación.

Tipo III: Carecen de base matemática y no se fundamentan en datos disponibles. Son puramente conceptuales.